En los últimos años conmemoramos el día de la Mujer con un sentido festivo e incidiendo sobre aspectos que se han ido consiguiendo en favor de una mejora en los derechos y en la libertad de todas las mujeres. Sin embargo, al mismo tiempo, nos alejamos y olvidamos de una parte esencial de toda mujer, la de ser MADRE. Esta faceta está siendo minusvalorada y, en muchas ocasiones, se apunta como un freno para la ‘realización’ de cualquier mujer. Todos conocemos algún caso.

Desde la incorporación de la Mujer al trabajo remunerado se ha descuidado la maternidad, quitándole la importancia que como sociedad deberíamos darle. Se ha transmitido y se sigue transmitiendo a las nuevas generaciones que formar una familia, que ser madre, es algo que impide el que una mujer sea totalmente libre e independiente.

Pienso en nuestras madres y abuelas, siempre han trabajado, como los hombres, dentro y fuera de casa pensando en su familia. Son mujeres cuya gran empresa ha sido y sigue siendo su FAMILIA. El trabajo en el campo, en los talleres en los comercios etc. Y digo siempre porque yo no he conocido a ninguna madre que, necesitando dar a sus hijos comida, educación o cobijo, no haya trabajado fuera de casa conciliando (por usar esa palabra tan utilizada y poco entendida) el trabajo dentro y fuera de la casa.

Si es cierto que avanzamos en la corresponsabilidad, despacio, pero nadie puede negar que en los últimos 100 años hemos mejorado. Estos logros que celebramos son consecuencia de nuestro trabajo, pero dejándonos muchos pelos en la gatera. Las mujeres si queremos tener hijos y el derecho que reivindicamos debe ser también entendido y atendido por una sociedad que, si no es ciega ante las alarmantes cifras de natalidad ni el apocalíptico futuro que se nos pone por delante, debía hacer lo imposible por facilitarnos la libertad de tener los hijos deseados.  Hace 30 años tener hijos era ilusionante, ahora supongo que para muchas jóvenes lo seguirá siendo, aunque no se lo estamos poniendo nada fácil.

Las familias con muchos hijos hemos sido y seguimos siendo vitales para seguir avanzando en nuestra sociedad de bienestar. La mujer tiene un papel privilegiado, la maternidad, que a muchas nos llena de felicidad y que nos predispone para luchar por nuestros hijos, futuros ciudadanos. En este día, donde se destacan los logros conseguidos por las mujeres. Desde las asociaciones queremos reivindicar una protección mucho mayor por las mujeres que en su libertad apuestan por ser madres y que son discriminadas en el trabajo, en sus ámbitos sociales, en las instituciones… La maternidad es parte esencial de toda mujer y es nuestro deber como sociedad valorar y cuidar sin fisuras esta faceta de toda mujer que, al mismo tiempo, es la base de cualquier sociedad que quiera avanzar en bienestar. Ser MADRE es uno de los mayores reconocimientos de una mujer, ser madre es el atributo que hoy la sociedad precisa, el amor, pues la maternidad es amar y ser amado.

EN ESTE 8 DE MARZO AVANCEMOS POR LA LIBERTAD Y LA NO DISCRIMINACION DE LA MUJER EN SU FACETA MAS HUMANA, LA MATERNIDAD.

¡FELIZ DIA DE LA MUJER, TRABAJADORA!

Carta 8M